La forma del agua, dirigida por Guillermo del Toro en 2017, es una cautivadora fábula romántica que combina elementos de fantasía y realismo mágico para explorar temas de amor, aceptación y la lucha contra los prejuicios. La película está ambientada en los Estados Unidos de los años 60, en plena Guerra Fría, y cuenta la historia de Elisa Esposito, interpretada por Sally Hawkins, una mujer muda que trabaja como limpiadora en un laboratorio gubernamental secreto.
La vida de Elisa cambia cuando descubre una criatura anfibia humanoide, interpretada por Doug Jones, que está siendo retenida y experimentada en las instalaciones. A medida que desarrolla un vínculo emocional con la criatura, que comparte su soledad y su anhelo de conexión, Elisa trama un audaz plan para liberarla, enfrentándose a la hostilidad del coronel Richard Strickland, interpretado por Michael Shannon.
Con una dirección artística deslumbrante y una partitura mágica compuesta por Alexandre Desplat, que refuerza el tono de ensueño de la historia, La forma del agua es una celebración de lo extraño y lo maravilloso. La película desafía las convenciones del género romántico al presentar un amor que trasciende las barreras de lo humano, mientras aborda temas sociales como la discriminación y el abuso de poder.
Aclamada por la crítica, La forma del agua ganó 4 premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director para Guillermo del Toro, así como 2 premios BAFTA y 2 Globos de Oro. Con su enfoque único, su poderosa narrativa y su rica estética visual, esta película se ha consolidado como un clásico moderno que invita a los espectadores a encontrar la belleza en lo diferente y a valorar el poder transformador del amor.
La forma del agua es, en esencia, una oda a la empatía, la imaginación y la valentía de aquellos que se atreven a romper las reglas por aquello en lo que creen.
Díptico