Con Los destellos, Pilar Palomero profundiza en las heridas silenciosas que deja el paso del tiempo y en la complejidad de los vínculos familiares cuando el pasado vuelve a llamar a la puerta. La película sigue a Isabel, una mujer que ha aprendido a vivir lejos de lo que un día fue su hogar, hasta que la enfermedad de su exmarido la obliga a mirar de frente aquello que creía definitivamente cerrado. Desde ese regreso incómodo, la historia explora cómo los afectos, incluso los más dañados, permanecen latentes bajo la superficie.
El film captura con gran sensibilidad el vaivén emocional de Isabel: el resentimiento, la culpa, la incomodidad y, finalmente, la posibilidad de una reconciliación íntima con su propia historia. Palomero filma los encuentros entre Isabel y Ramón con una sobriedad que potencia cada gesto, cada pausa, cada palabra no dicha. La cámara se mueve como una compañera silenciosa, registrando cómo la vulnerabilidad de Ramón abre poco a poco grietas por donde asoman la compasión y la memoria compartida.
Gracias a unas interpretaciones contenidas y precisas, la película dibuja un retrato matizado de dos personas que, pese a haberse perdido, aún conservan fragmentos del vínculo que un día los unió. No se trata de rescatar un amor roto, sino de aceptar aquello que quedó pendiente, de encontrar una forma más amable de recordar y de seguir adelante sin el peso del rencor.
Una mirada hacia lo que permanece
Los destellos es un filme que ilumina lo frágil de las relaciones humanas y la capacidad de transformarse incluso cuando parece demasiado tarde. Con una narrativa delicada y profundamente humana, Palomero demuestra que volver al pasado no siempre es una condena: a veces es la única manera de reconciliarse con uno mismo.