Gigantes y cabezudos - Un año de cine en Jasa

La primera proyección de este emocionante ciclo llevará a los espectadores a una experiencia inolvidable con la película "Gigantes y Cabezudos" de Florián Rey. La cita está programada para el próximo día 14 de octubre a las 18:30 en el edificio de usos múltiples de Jasa. Esta película, que abraza la magia del cine mudo, transportará a la audiencia a una época donde la expresión artística y la nostalgia se funden en una única experiencia cinematográfica acompañada con música en directo con Jaime López Coscolla como pianista acompañante.

“Gigantes y cabezudos”, Florián Rey, 1925. Int.: Carmen Viance, José Nieto, Marina Torres, Guillermo Muñoz. España. Muda. Rótulos Castellano. Zarzuela en un acto y tres cuadros, libreto de Miguel F. Caballero. Transcurre en 1898, tras la guerra de Cuba, e incluye varias jotas y cantos del folklore aragonés.

Restaurada recientemente por la Filmoteca de Zaragoza, gracias a esta película se han podido reconstruir, por ejemplo, las comparsas de gigantes y cabezudos. O incorporar las imágenes de Miguel Fleta cantando una jota desde el balcón del zaragozano Hotel de Inglaterra, en homenaje al ejército de Marruecos que desfilaba por la calle Alfonso I. O conocer registros gráficos de las obras de la basílica del Pilar.

Todo esto fue posible por los reflejos de Florián Rey al aprovechar las fiestas del Pilar para contar con los habitantes de la capital del Ebro como figuración colectiva. En homenaje a ellos, la película se estrenó en Zaragoza el 1 de marzo de 1926, una semana antes que en Madrid, con un despliegue espectacular para la época: orquesta, banda de trompetas, rondalla, gaita, tamboril y cantadores de jota, superando incluso la dotación musical que exigía la zarzuela.

Fue un éxito rotundo, que marcó un hito en el cine mudo español, afinado por el propio Florián una década después con Nobleza baturra (1935), película ya sonora donde desarrollará esa fórmula a pleno rendimiento. Se trasvasaban así a la pantalla mitos como Agustina de Aragón, que en Gigantes y cabezudos retoma el coro femenino del mercado en su celebrado "Si las mujeres mandasen". Un motín en toda regla contra la guerra y el alza de los precios que, por desgracia, no ha perdido vigencia.

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